Voleibol


El voleibol es una buena modalidad deportiva para que los niños aprendan a trabajar en equipo, moverse y ejercitarse con rapidez. puede practicarse en cualquier época del año, en espacio interiores o exteriores, en un gimnasio, en un patio o incluso en la arena de la playa.

























1-  Objetivos generales educativos.

Desarrollarse como deportista, con una personalidad  sólida, cultura humanista, apoyada en los fundamentos patrióticos, históricos, biológicos, psicológicos, sociales, éticos, estéticos y ambientales, que le permitan asumir protagónicamente las tareas sociales y deportivas con independencia y creatividad, acorde a los requerimientos de nuestros tiempos.

2- Objetivos generales instructivos. 

Jugar Voleibol con independencia y creatividad, sustentado por una forma física que le
posibilite adaptarse a los requerimientos modernos de un juego técnico, combinativo y
exigente por su exactitud, complejidad e intensidad.

3- Sistema de Valores.

Dada la responsabilidad que asume el Voleibol  en la formación de las nuevas
generaciones y su papel, declaramos como valores a potenciar los siguientes:

 Patriotismo: el amor a la Patria, a sus símbolos y atributos y por extensión a los
colores de su equipo, escuela, distrito y provincia.

Humanismo: por considerar al hombre y el cuidado de su calidad de vida como
premisa indispensable de la preparación deportiva. Rechazar el “campeonismo” como
expresión contraria a nuestra ideología.

Responsabilidad: en el cumplimiento del deber, tanto en el plano individual como en el
social, para garantizar un modelo sostenible de la preparación deportiva y luchar por la
protección del medio ambiente del atleta.

Honestidad: ser incorruptible en todas sus manifestaciones al acatar los reglamentos
competitivos y valorar justamente el rendimiento de la preparación, así como la elaboración de la documentación.

Solidaridad: manifestar camaradería, ayuda mutua y estar dispuesto a cooperar con
quienes lo necesiten, aun a costa de su sacrificio personal.

Espíritu deportivo: al respetar a sus compañeros de equipo, contrarios, jueces y al
público y no intentar ganar con una ventaja injusta sobre los oponentes; aceptar las
decisiones de los oficiales, al mismo tiempo que utilizar lenguaje y gestos apropiados.
Fomentar la participación de todos sus compañeros sin importar el nivel de destreza.
Usar la crítica constructiva y animar a sus compañeros a ser disciplinados aun ante la
derrota. Condenar a toda costa el uso de la violencia.

Laboriosidad: considerar su labor como un deber ineludible y al mismo tiempo,
demostrar voluntad y constancia en el cumplimiento del deber, al superar los obstáculos
objetivos y subjetivos que se oponen a su accionar.

Sensibilidad estética: Percibir la belleza y demostrarla a partir de la realización de la
propia actividad deportiva, sus movimientos, su expresión corporal, rechazar la fealdad,
y luchar por la perfección en la ejecución de las acciones técnico-tácticas.

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